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" A mi nuevo jefe le gustan las reglas, pero hay una que nadie se atreve a romper.
Tocarle la banana.
En serio. El hombre es un adicto al potasio o algo. Si nos ponemos tiquismiquis, la verdad es que me la metí en la boca.
Y la mordisqueé... Incluso me la tragué.
Lo sé. Soy una chica mala, malísima.
Y luego lo vi, y te lo creas o no, atragantarte con la banana de un hombre no es la mejor manera de causar una buena impresión. Debería retroceder un poco en el tiempo. Antes de tocar siquiera la banana de un multimillonario, me asignaron mi primer artículo como periodista empresarial. No era el típico artículo de relleno que siempre me endosaban. No iba a entrevistar a un basurero sobre sus rutas preferidas ni a escribir un artículo que contara que recoger las cacas de los perros de los jardines de los demás sería el próximo bombazo.
No. De eso nada, monada. Era mi gran oportunidad. Por fin podría demostrar que no era un desastre con patas, torpe y balbuceante. Me iba a infiltrar en Galleon Enterprises para investigar las sospechas de corrupción.
Pongan la música de James Bond.
Podía hacerlo. Solo tenía que conseguir el puesto de trabajadora en prácticas y bordar la entrevista con Bruce Chamberson.
Lo mismo daba que pareciera una estatua sacada de las fantasías y deseos de cualquier mujer, con ese «no sé qué» que lleva a algunos hombres a cuestionarse su propia sexualidad. Necesitaba el puesto. Nada de accidentes. Nada de desastres. Nada de torpezas. Solo tenía que mantener el tipo durante menos de una hora.
Demos un salto hacia delante para llegar al momento previo a la entrevista y me verás en la sala de descanso, banana en la mano. Una banana que, literalmente, tenía su nombre escrito con un rotulador permanente negro. Al cabo de unos segundos, entró él y me pilló con las manos en la banana. Al cabo de unos segundos más, me contrató.
Ya, lo sé. A mí tampoco me pareció que fuera una buena señal".
Opinión Personal:
| Natasha es una periodista de una revista empresarial, pero su trabajo hasta ahora ha consistido en redactar los artículos menos interesantes, de esos que nadie quiere escribir. Así que cuando su jefe le pide que se infiltre en la empresa Galleon Enterprises para que espíe a Bruce Chamberson y ventile sus trapos sucios, ella piensa que por fin tiene la oportunidad de demostrar que puede dar más. A Natasha la persiguen los accidentes y malos entendidos, la pobre es un imán jaajajaj. Pero a pesar de eso, trata de salir de todas esas situaciones como puede. Lamentablemente termina comiéndose la banana de Bruce antes de ser siquiera entrevistada....  Para un hombre como Bruce, quién sufre de TOC pero nivel extremo, su rutina lo es todo. Así que cuando estaba esperando felizmente poder comerse la banana, se da cuenta que se la está comiendo una mujer que no conoce. UFFF alta crisis existencial jajajajja A pesar de estar super enfadado, Bruce no puede evitar admitir que la mujer es bastante atractiva y sin darse cuenta, la contrata. La excusa: casticarla por el delito cometido. Ok, sí es un poco absurdo esto jajajajaj pero la verdad es que me causó mucha gracia. Así es como Natasha se vuelve la chica de pasantía, recibiendo órdenes de Bruce -aunque las más tontas-. A pesar de no cobrar por el trabajo, ella decide poner todo su esfuerzo para así poder descubrir los secretos de su jefe sexy. Decir que Natasha no quedó prendada por Bruce desde el primer momento sería mentir. En realidad ambos sintieron atracción por el otro pero estaban en modo negación.... Bruce no siempre fue así tan robótico. Él ha sufrido con una relación anterior -la mina realmente era muy mala- y es por eso que decide cerrarse, formar una coraza para no volver a pasar lo mismo. Pero Natasha las traspasa sin que se dé cuenta y cuando piensa que ella es diferente se entera de la verdad. Cuando eso pasa, ella tendrá que reconquistarlo nuevamente. Lo que me gustó de este libro, a pesar de ser corto, es el toque de humor. |
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